La temperatura ambiental ejerce un efecto directo en el comportamiento y distribución de los seres vivos en el ecosistema. En general, la mayor actividad metabólica en la naturaleza se presenta en un rango de 0 °C a 45°C. Muchos organismos ante los cambios de temperatura han desarrollado diferentes formas de adaptación para sobrevivir hasta que las condiciones vuelvan a ser favorables. Por ejemplo: los peces, anfibios y reptiles dependen de los cambios térmicos ambientales que generan diversos tipos de regulación.
Algunos reptiles como las lagartijas para entrar en actividad necesitan el calor ambiental. Esto se debe a que metabólicamente producen poco calor. Por lo tanto, son organismos del tipo: