Los seres humanos dignos proceden con libertad. Son como el ganado levantisco, ya que no llevan en el anca ninguna marca del hierro. Degustan los tiernos tréboles de la campiña virgen, sin aceptar la fácil ración de los pesebres. Si su pradera muestra la aridez de las épocas otoñales no importa, pues en libre oxígeno aprovechan más que en cebadas copiosas, con la ventaja de que aquél se toma y éstas se reciben de alguien.
De acuerdo al texto leído, "llevar una marca de hierro en el anca" connota: