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Cualquier persona que haya utilizado Internet sabe que su volumen de información llega a ser abrumador. Una búsqueda en la web mediante una palabra clave puede dar por resultado cientos de miles de referencias. Los usuarios incapaces de distinguir lo útil, increíble, interesante o importante se verán literalmente sofocados; con el recorrer del tiempo, se darán por vencidos, desperdiciarán una gran cantidad de tiempo revisando trivialidades o información poco seria, comenzarán a perder la capacidad o la paciencia para hacer ese tipo de discriminaciones con respecto al material online. De lo anterior, puede concluirse que desarrollar una capacidad crítica para leer la información en forma selectiva, evaluarla y cuestionarla es uno de los desafíos educativos fundamentales que genera esta nueva tecnología.

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