— "¡Padrecito! — le dije — ¿y doña Felipa?
— Ya prenderán esta noche - me contestó con violencia.
— Tiene fusiles, Padre.
— Por eso mismo. Si se defiende, la matarán.
— ¡Se defenderá, Padre!
— Dios no lo quiera, La acribillarían: Es culpable
— Pero ella también puede matar. ¡Quizá yo iría! ¡Quizá yo traería los fusiles!
De acuerdo con el fragmento de la novela Los ríos profundos, el protagonista