Leer el siguiente texto, enseguida, identificar cuál es el propósito central del autor:
La mentira es un atributo casi inherente a la historia de la fotografía, No resulta extraño descubrir que algunas capturas tienen poco de “instante decisivo" y mucho do escenificación, ya sean besos furtivos o milicianos muertos en mitad de la batalla. Es decir, lo representado está lejos de ser un relato sin contaminar.
Es lo que ha ocurrido con Madre migrante, un icónico retrato realizado por Dorothea Lange en 1936 para reflejar las dificultades económicas del pueblo estadounidense. Esta foto surge tras un encargo de la Farm Security Administration (FSA), una institución creada por el gobierno de Franklin D. Roosevelt para combatir la pobreza rural de diferentes formas.
Un libro publicado por el Museo de Arte Moderno de Nueva York ha sacado a la luz que la mítica imagen, en realidad, fue retocada para eliminar un dedo que aparecía en primer plano. Se trata de una modificación mínima, pero ha servido para reabrir el debate en torno a los límites de la edición en el fotoperiodismo. ¿Es compatible un trabajo documental con la supresión de elementos? ¿Cambia el valor de la historia? Y, en caso de que se permitiera la edición, ¿dónde está la frontera? Por tanto, el debate no estaría tan relacionado con la fotografía en sí como con el fotoperiodismo, que teóricamente es el que debe acogerse a los principios éticos de la profesión. Esa es la razón por la que algunos autores como Steve McCurry, autor de La chica afgana, ha terminado diciendo que no es fotoperiodista después de que la agencia Magnum le retirase varias imágenes tras descubrir que las manipulaba con Photoshop.
Luna. J. (2018). Dorothea Lange y la manipulación en fotoperiodismo ¿dónde están los límites?